sábado, 5 de febrero de 2011

Reflexiones a partir de unas clases en un Doctorado de Educación en Bolivia


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En la foto acompañando a estudiantes del doctorado en Educación y al Director del Doctorado Fernando Rosas, de la Escuela de Altos Estudios Militares de la Universidad Militar, en Santa Cruz de la Sierra en Bolivia.
Hace tiempo estoy participando en un Doctorado de Educación que organiza en Bolivia la Universidad Militar y que cuenta con resolución de autorización del Comite Ejecutivo de la Universidad Boliviana. Es hoy el único en el país. La visita me llevo a algunas reflexiones sobre la coyuntura del tema.

La construcción de doctorados en la región es un proceso compejo con una ardua y fuerte discusión. En Uruguay esta discusión esta presente y además se agrega a un interés larvado y no explícitado completamente de que las Universidades privadas no tengan doctorados, al menos durante muchos años. El tema es sin embargo más amplio que la pelea tradicional entre universidades públicas y privadas y sobre especios de poder y instituciones formadoras de las elites. Es parte de las discusiones también que expresa las diversas resistencias a la democratización de la educación superior. Las elites doctorales latinoamericanas formadas en el extranjero, comienzan a ver la irrupción de doctorados desde sus enfoques de elites y también desde realidades del pasado y se resisten a este proceso en el cual sectores con menos capital cultural ingresan a estos procesos formativos y también a metodologias y concepciones distintas. En este conflicto propenden a agregar restricciones de acceso y restricciones de oferta. Este es una expresión de paradigmas educativos de restricción a las elites y concepciones en las cuales la educación es una forma de reproducción de las estructuras de clase como sostienen la corriente radical del capital humano y que por ejemplo expresa Carnoy. Si la educación es restrictiva es claro que pocas personas alcanzarán esos niveles formativos y se mantendrá una concepción por la cual es una formación reservada para aquellos que con fuertes capitales humanos y financieros, pueden acceder a realizar estudios de doctorado fuera de la región. Es una concepcion pedagógica sobre que el tema es la restricción al ingreso a la formación, y no donde el tema es la restricción al egreso para mantener los niveles requeridos. Hoy que la masificación ha llegado al grado universitario donde hay un 35% de la cobertura y más de 20 millones de estudiantes, la presión sobre el aumento del ingreso a los estudios de postgrado es un dato de la realidad ante la sobre oferta de profesionales, los puestos de trabajo altamente competitivos y una economía que esta en proceso de reestructura y de modernización productiva impulsada por la apertura y los precios de los comodities. Como los ciclos no tienen los niveles de rigidez de antes y porque el volumen de conocimiento se ha multiplicado, los ciclos superiores o sea el cuarto nivel con sus diversos escalones son de profundización, reafirmación de conocimientos previos y de especialización. En esta lógica, la investigación ya no es un rol exclusivo del doctorado e inclusive se va reduciendo su peso. El doctorado comienza a tener el rol de promover la realización de una investigación al tiempo que apropiarse de nuevos conocimientos y desarrollar las competencias previas a través de cursos más o menos estructurados. El doctorado se conforma como 50% de investigación y 50% de materias con más o menos flexibilidad. No es ya la formación de investigadores muchs veces sin inclusive seminarios. La investigación se torna una actividad especializada. Y por eso hay doctorados diferenciados profesionalizantes o de investigación. En Harvard no existe un PhD en Educaciópn , sino un Dr en Educación, mostrando que los componentes epistemológicos no son signficativos en las competencias que se quiere formar. Inclusive la investigación ya no se posiciona sólo en este nivel, sino que las competencias investigativas se deben incluir en todo el nivel formativo, desde la media a la superior. Inclusive antes. El postdoctorado si se está conformando como el nivel de investigación ya que no incluye ninguna carga académica sino que todo es de investigación. Es el nivel de reforzamiento de la investigación, de la realización de investigaciones permanentes y de construcción de redes globales de investigación.
Pero en la región las burocracias muchas veces están gobernadas en los ministerios por paradigmas y académicos de los 60 o inclusive antes. Y eso lo digo, no sólo por estar recorriendo los doctorados en la región y ver como realmente mejoran las competencias de los profesores y profesionales de la región, sino desde la distancia que me dan dos doctorados y dos postdoctorados, y de propender a romper esos elitismos algunas veces disfrazados de izquierda o de derecha que lo que buscan es reproducir sus espacios de poder. Invito a leer un estudio sobre los doctorados que hice en el 2006 y que ha tenido la enorme gentileza de que fue editado por IPASME en Venezuela, la Universidad del Caribe (UNICARIBE) en República Dominicana, la UDUAL en México y la Universidad Nacional de San Luis en Argentina. Sin dudas, todos facilitando la idea de la investigación de la necesidad de reconceptualizar a los postgrados de cara al siglo XXI.