lunes, 25 de diciembre de 2006

Entrevista: "La calidad es el problema fundamental de la educación superior en América Latina"



(Esta entrevista fue realizada en diciembre del 2005)
Entrevista a Claudio Rama director de IESALC-UNESCO
Universia conversó con Claudio Rama, director del Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), en el marco de la presentación de 13 investigaciones sobre la Educación Superior en Uruguay, financiadas por IESALC UNESCO. Rama dialogó sobre la calidad en la enseñanza uruguaya, ventajas y desventajas del sistema educativo de nuestro país, sobre la dicotomía educación pública y privada, entre otros temas de interés.
Los 13 estudios fueron presentados el pasado viernes por los propios investigadores uruguayos que los llevaron a cabo. Las investigaciones abarcaron temáticas esenciales de la educación superior uruguaya. Algunos de los temas estudiados fueron la deserción estudiantil, la financiación, la formación docente, la problemática de género, la educación virtual, la acreditación y el acceso a las personas con discapacidad a la universidad. El sociólogo y economista de nacionalidad uruguaya, Claudio Rama, destacó el nivel de las investigaciones y sugirió que “hubo mucho esfuerzo y el país tiene que hacer algo con ello. Información sumada al análisis académico de estudiosos, de especialistas, permitirán la formulación de políticas por los equipos políticos y gubernamentales”. El director de IESALC, respondió a Universia algunas preguntas que reflejan su visión profunda y panorámica en lo referente a la educación superior en Uruguay y Latinoamérica.

Universia (U)- Uno de los objetivos de IESALC es la promoción de mecanismos nacionales y regionales para el fortalecimiento de la calidad de la educación superior. ¿Cuál es su visión de la calidad en la educación uruguaya, respecto a la de otros países de América Latina?

Claudio Rama (CR): Toda América Latina ha empezado hace 10 ó 12 años a establecer agencias de aseguramiento de la calidad. En estos 10 años, América Latina ha sufrido un proceso de cambio en lo referente a la calidad. La creación de agencias es la primera instancia; pero el tema no es la creación de una agencia, sino de un sistema de aseguramiento de la calidad.El proceso de desarrollo de una educación de calidad competitiva en un escenario global, es un proceso complejo en el cual América Latina está involucrada y los distintos países están estableciendo criterios de aseguramiento de la calidad. En el MERCOSUR se estableció la obligatoriedad que los países tuvieran una agencia de aseguramiento de la calidad, durante el período anterior ha habido diversos procesos de discusión y de búsqueda de un criterio normativo, y el sector privado ha intentado establecer informalmente algunos criterios, por lo que Uruguay va a llegar a tener una agencia de aseguramiento de calidad y posteriormente a un sistema de aseguramiento de la calidad.
U- En Uruguay todas las universidades tienen políticas de calidad, algunas carreras tienen la acreditación MERCOSUR, hay universidades acreditadas con normativas de calidad, pero comparativamente con otros países quizás falta consolidar más la “cultura” de calidad. ¿Cuál es su opinión al respecto?
CR- Una primera fase en la preocupación sobre el tema de la calidad es el convencimiento, el reconocimiento de la importancia del control de calidad. Este convencimiento es el primer paso.Luego, más allá de la comparación con otros países, podemos decir que el sector privado tiene una determinación de calidad, probablemente porque en las universidades privadas la única forma de competir (porque cobran y la otra universidad es gratuita) es tener una diferencia en la calidad. A diferencia de otros países en los que el sector privado es mera absorción de demanda porque las universidades públicas tienen cupos, en Uruguay es distinto pues existe una preocupación por la calidad.
U- ¿La educación superior uruguaya ha mejorado o retrocedido respecto a años anteriores?
CR- Se dice que la calidad es muy fácil de ver, se puede entender, pero es muy difícil de definir.
El primer problema es que más allá de lo que alguien puede opinar, no hay indicadores, entonces los indicadores son subjetivos, de acuerdo a lo que uno conoce, “me han dicho tal cosa”. No se puede garantizar un hecho, una constancia, una tendencia, si no hay indicadores. No hay indicadores en el área de calidad que permitan afirmar que los estudiantes o los docentes o las instituciones hoy han cambiado. Tenemos una especie de agujero negro que es necesario develar. Eso implica desarrollar criterios, procedimientos y metodologías para evaluar y después, a partir de ahí, ver tendencias de procesos. Uruguay carece de sistemas de información. Es un problema de las estadísticas en educación: las estadísticas financieras son muy buenas, las estadísticas industriales son bastante buenas, las estadísticas sociales son más o menos aceptables (pocas veces) y la estadística educativa o cultural es inexistente, imprecisa, sin metodología, sin seguimiento. Por lo que no puedo afirmar ni una ni otra cosa [que la educación ha mejorado o empeorado en el Uruguay], porque no hay indicadores. Lo que el país carece y debería tener es un sistema nacional de información de educación superior, que arroje información objetiva, auditable, permanente, sistemática, rigurosa… Esta es la base para la formación de políticas. Nosotros creemos que para la formación de políticas se requiere de un sistema estadístico, un conjunto de estudios y consensos políticos a nivel de determinadas ideas de país.
U- ¿Cómo cree, entonces, que se pasa de la detección de los problemas a la implementación de políticas?
CR- En la UNESCO estamos promoviendo la producción de saberes. Hemos realizado estos 13 estudios. Tenemos tres estudios más en curso (sobre la investigación universitaria, otro estudio sobre el acceso de los presos a la educación superior y un estudio sobre la educación superior privada). Los niveles de la investigación y los niveles de los estudios son muy buenos, yo estoy muy contento con ellos, son muy sólidos. Acá hubo mucho esfuerzo y el país tiene que hacer algo con ello. Información sumada al análisis académico de estudiosos, de especialistas, permitirán la formulación de políticas por los equipos políticos y gubernamentales.
U- Estas 13 investigaciones revelan varias necesidades: becas, formación docente, acreditación, financiamiento… ¿Cuál es el principal problema al que se debería atender con especial urgencia?
CR- No existe una visión neutra sobre el tema de las urgencias. Si yo lo viera desde la óptica de una persona que está en la cárcel, pensaría que la urgencia es la necesidad de esa juventud que está en la cárcel y que no puede reintegrarse porque no tiene acceso a la educación superior, que es el instrumento para salir del ciclo de la exclusión y la pobreza. Si yo tuviera un problema de discapacidad, plantearía este problema como prioritario. El enfoque es muy variado y el sistema político tendrá que hacer la síntesis.
U- Y usted, ¿cuál considera que es el principal problema a atender?
CR- Creo que la calidad es una variable fundamental. La calidad es una variable asociada a la competitividad, a estándares y desarrollo de saberes, es un tema vinculado a la capacidad de un país de insertarse a la sociedad del futuro. De todas formas, el tema de la calidad, no es un tema de calidad de elites, para acceder a la sociedad del conocimiento, se requiere de un nivel de cobertura amplio. Se necesita cobertura y calidad. Por lo tanto, para tener una buena cobertura es necesario plantearse los problemas de financiamiento, el acceso de las minorías a la educación. Pero al mismo tiempo es necesario participar en un mundo internacionalizado, o sea el desarrollo de posgrados y las especializaciones.Es muy difícil jerarquizar. La tendencia más fácil es jerarquizar y dar todo al primero. Lo complejo es el equilibrio. El equilibrio implica una sociedad de consenso, implica el reconocimiento de las diferencias y los matices. En la UNESCO vemos la diversidad como uno de los conceptos más importantes: la diversidad en la naturaleza, la diversidad cultural (existimos y creamos porque hay diversidades culturales que se retroalimentan), y diversidad de saberes: no hay un saber único, hay muchos saberes. El saber del otro tiene tanto valor porque nadie tiene una verdad, se acabó el tema de las reafirmaciones de los grandes paradigmas certeros en un mundo de incertidumbres. Entonces, establecer jerarquías y prioridades es muy difícil. Y lo deberá hacer el sistema político en consenso. Yo creo que el concepto de prioridad debe morir, ante un concepto que sea el equilibrio en los consensos.
U- Uno de los investigadores planteó que se puede conocer qué rumbo tendrá el país, a partir de los perfiles que se están educando ¿Qué perfiles estamos educando en Uruguay, qué tipo de país vamos a lograr?
CR- Mira, hace 20 años los estudiantes en general eran de raza blanca. Ese era el dominante en Latinoamérica. Hoy hemos alcanzado un reconocimiento cultural de que América Latina no es una sociedad blanca, es una sociedad multicultural. Por lo tanto no hay un perfil claro de las personas, son “todos”. Por otro lado, la sociedad está teniendo nuevas demandas: ¿cómo visualizar un sistema universitario que reconozca la multiculturalidad? En el sistema universitario probablemente tendrá que haber un escenario mucho más abierto.
U- ¿Entonces, cuando hablamos del futuro que se está construyendo, usted insiste en la multiculturalidad, lo cual implica no una, sino varias opciones de estudio, varios perfiles, varios “resultados”?
CR- El mundo tiene más de 150.000 disciplinas, Uruguay debe tener unas 4.000 disciplinas, no llega al 1%. Si tú te quieres desarrollar en determinada área del saber, tú la tienes que armar. El campo del conocimiento está transformándose en saberes multidisciplinarios, especializados, fragmentados, que se mezclan. ¿Cómo lo vas a hacer con unos profesores que se sientan a elaborar el currículo que tú vas a hacer? Estamos limitando la libertad: ¿dónde estánlos títulos intermedios? ¿Dónde está la creditización para que tú puedas intercambiar créditos? Todavía se sigue en Uruguay con el sistema de facultades, de escuelas, de “tubos”, de largos períodos en los cuales no hay créditos. Hoy la movilidad estudiantil es fundamental. Todos los programas de Europa reconocen que el saber se apropia en el mundo y en la flexibilidad experimental; por lo tanto, tomás un crédito acá y otro en otro país. ¿Pero cómo lo haces acá? Acá no puedes.En Uruguay y en parte de América Latina tenemos un sistema extremadamente teórico, extremadamente tubular, con poca flexibilidad y con una postura curricular que está hecha sin pensar en la libertad.No tienes un sistema que te permita articular arquitectura y economía. El mundo tiende a un sistema de créditos y a un sistema flexible y a un sistema en el que los currículos los arman las personas. ¿Qué sentido tiene graduar en el mercado de trabajo los mismos iguales abogados con el mismo perfil? Gradúa un abogado especializado en Agronomía, otro en economía, otro con cuatro créditos en veterinaria… No se hace así porque está pensado con una visión homogénea, en un sistema homogeneizante.De nada te sirve tener 100.000 abogados todos iguales. Eso es la fábrica, la cadena de montaje. Eso es Ford. Todos son iguales. Yo soy chaplinesco: hay que criticar ese modelo de profesionales fabricados en serie: todos entran a las 8.00 hsy a las 9.00 hs van a otra materia y en cinco años le entregas el papelito. Estás tratando a los seres humanos, las fábricas en serie implican poca libertad y poco reconocimiento de la multiplicidad de los saberes curriculares que requiere flexibilidad. Porque sino nunca llegarás a competir con las sociedades que tienen 50.000 disciplinas.El tema es si se tiene un escenario pensando en la sociedad del futuro, o está pensado basado en la sociedad del siglo XIX de saberes parcelados y fragmentados.
U- Usted ha hablado de la dicotomía público-privado. ¿Esto es un carma que tiene el Uruguay?
CR- Es un gran carma con algunos “carmistas”. Yo creo que no importa si el gato es blanco o negro, lo importante es que cace ratones. No importa que la universidad sea pública o privada, lo importante es que tenga calidad.No importa que la universidad sea pública o privada, el tema es que haya equidad. No importa que la universidad sea pública o privada, el tema es que haya investigación.Estamos pasando y debemos pasar de un sistema feudal (varias universidades peleándose) a un sistema que es un mecanismo de integración de las universidades.El proceso de privatización tiene dos variantes: Una es que la gente paga por sus estudios (eso también sucede con algunos posgrados aquí en la Universidad de la República: sacas de tu bolsillo y pagas). Lo otro es que sacas de tu bolsillo y pagas a una institución privada. Esto es un proceso de mercantilización. Pero, en todo caso, el tema es evaluar si la sociedad tiene capacidad para financiar las demandas en educación. ¿Puede algún país financiar la educación cuando la demanda de gente que quiere estudiar crece al 8% por año, cuando la economía crece el 2 ó el 3%? Si los excedentes de la sociedad apenas crecen 3% y la demanda de la gente que estudia crece al 8%, o limitas la educación o la bajas de calidad (porque le pagas menos) o matas a la gente de impuestos o buscas que de alguna forma haya un reconocimiento de la sociedad de que no tiene capacidad de financiar ella toda la educación y que de alguna forma se exija a las personas que ellas aporten.Además, varios estudios comprueban que los egresados de las universidades públicas se encuentran en los niveles más altos. Por lo que el financiamiento es un tema de difícil discusión, porque toca temas de equidad, problemas de financiamiento público, problemas de demanda no cubierta… Lo que no se puede hacer es esconderse en un escenario de no reconocimiento del problema, y sobre todo, de discusión de los niveles de eficiencia. Por ejemplo, la tasa de deserción de los estudiantes de Uruguay es más alta que, en general, en todos los países de América Latina.Por lo tanto, hay que discutir todo el sistema: el grado de deserción, lo público y lo privado, el costo del financiamiento.. Es un tema que requeriría que los países y los gobiernos se pongan a analizar la educación superior, no en base a modelos ideológicos; no en base a falsas verdades, sino en base a números (porque de alguna manera es el costo de los hogares para financiar a sus hijos).

U- En otra oportunidad usted afirmó que la estrategia de integración educativa es el resultado de diversas decisiones, tanto de caminos tomados como de opciones rechazadas. ¿Qué caminos (acertados o desacertados) ha tomado Uruguay y qué opciones (acertadas o desacertadas) se han rechazado en este país?
CR. Uruguay tomó la decisión de no establecer restricciones en la Universidad. Eso fue un camino acertado. América Latina tomó el camino de limitar los cupos, pero creo que eso fue una buena decisión de Uruguay.Por otro lado, ese modelo generó un problema de control de calidad y se resolvió por la vía de más tiempo de estudios: carreras más largas. Entonces la gente va desertando en el camino; esto, además, llevó un mayor tiempo de sacrificio en la vida universitaria (yo daba clases en la Universidad de la República y tenía clases de 200 alumnos).Yo creo que el modelo chileno es el mejor de América Latina. Es un sistema más mercantil: todos pagan; pero hay miles de becas. Además, tiene controles de calidad. La diferencia de remuneración y los niveles de remuneración son altos; esto está asociado a que la calidad de los profesionales está permitiendo un cambio tecnológico en la sociedad. O sea, al final no se trata solo un problema del sistema universitario. Si tus profesionales no logran inventar y cambiar la sociedad, el sistema no está funcionando bien.
Foto: Equipo Estévez / A. Bartet