martes, 17 de marzo de 2009

Articulo: Los caminos del cambio universitario: Reforma o revolución (I). Claudio Rama

Diario El Nacional, Caracas, Venezuela
Lunes 16 de marzo, 2009


El debate histórico al interior del marxismo sobre las vías del cambio social que hemos analizado en otra ocasión (Rama, Claudio (2006), El socialismo del Siglo XX, Ediciones “El Nacional”, Caracas) donde dos análisis establecían también dos caminos para la transformación social, también ha atravesado a las Universidades latinoamericanas para articular el debate, las visiones y las propuestas sobre los cambios universitarios. Repasemos entonces aquel debate primigénico al interior de la II Internacional Socialista. Para Lenin la revolución era el único camino para el cambio social; para Bernstein la reforma era la única política que debía seguir la socialdemocracia. Este negaba la estrategia revolucionaria al tiempo que afirmaba la necesidad y la posibilidad de una estrategia reformista como el único camino para la transformación real.
Como la estrategia reformista correspondía a formas “más moderadas” de la lucha social, ya en aquel entonces, los reformistas fueron difamados por los “revolucionarios” que los acusaban de querer privar a la clase obrera de su derecho fundamental a la revolución. Era una burda tergiversación del debate, ya que para los ideólogos del revisionismo-reformismo el principio de Hobbes del “derecho a la rebelión” no estaba excluido de la praxis política sino que estaba legitimado en regímenes autoritarios y dictatoriales. Pero concebían que la lucha social, la competencia política, solo podía ser llevada adelante mediante formas más moderadas al interior de regímenes con plena vigencia de los derechos democráticos y sociales fundamentales. No era ésta una mera definición política sino que tenía también un basamento filosófico en Kant, en tanto había como soporte filosófico una ética de la humanidad, un deber de paz como norma moral central y una estrecha vinculación entre el principio del deber ético y el de la razón.
La formulación de una teoría de la transformación social a partir de la profundización de la democracia y a través de la acción de reforma social, nace entonces a partir de una “revisión” de la literatura marxista, de un análisis de las tendencias de la sociedad, así como de un balance de los resultados de las luchas sociales del siglo XIX y de la propia Revolución Francesa. En la teoría marxista, la acción política estaba dirigida a la catástrofe revolucionaria, tanto por la propia concepción teórica, como por la inexistencia de regímenes democráticos.
El régimen democrático es esencial para la modernización y el mejoramiento de las condiciones laborales y sociales, y es por eso que para los reformistas, la democracia es, tanto un medio como simultáneamente es también un objetivo, un fin en sí mismo. El movimiento socialdemócrata es el movimiento de las grandes mayorías y es al tiempo necesariamente un movimiento democrático. Por eso, la social-democracia es democrática en la medida que es reformista y en el sentido socializante. El reformismo es un proceso de transformación continuo, de modernización de las instituciones, de mejoramiento de las condiciones económicas y de creciente socialización de la economía al propender a un mayor acceso social a los bienes y servicios tanto en su consumo como en su producción y distribución. Y por sobre todo siempre es democrático, al buscar crear una trama social concertante y consolidar las instituciones democráticas de las cuales es expresión.
Por eso la reforma es consustancial a las instancias representativas de tipo parlamentarias, porque sirve de contrapeso al poder, tanto en la carencia de reformas como en su exceso, porque es la instancia de expresión y de negociación de todos los sectores del país. Porque es el lugar político donde se formulan las leyes y la juridicidad es el soporte de toda reforma. Y por sobre todo, el reformismo es concertante y consensual: requiere la construcción permanente de acuerdos políticos y de finos equilibrios de poder. Pero más allá de la forma genérica del cambio, la discusión nos lleva a otro estadio, a la existencia de una amplia diversidad de los caminos del cambio reformista y donde también se focalizaran nuevos diferenciaciones políticas.

Ex Director IESALC/UNESCO