domingo, 20 de abril de 2008

UNAH: La transición a la Universidad del Siglo XXI


Desde el mes de enero he estado realizando una asistencia técnica a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Institución con más de 164 años, la UNAH está inserta en un amplio y complejo proceso de Reformas Universitarias, como derivación de una nueva Ley Orgánica de la UNAH que introdujo fuertes cambios y creo una Comisión de Transición para llevarlos adelante. Nunca ha estado tan bien puesto el nombre de "Transición" que en este caso. Nunca ha estado tal claramente delimitada la Reforma Universitaria. La etapa de la Transición y la propia Reforma Universitaria remite al complejo proceso político de pasaje desde una situación a otra: de una universidad política a una universidad de calidad, de una institución sin evaluación a una que se base en la evaluación, de una universidad con 50% de representación estudiantil a una con 33%, de una universidad donde los cargos eran por elección a una donde se basan en concursos competitivos de calidad, de una universidad con ingreso abierto a una con selección dada por una prueba de aptitud académica, de una universidad autárquica en la gestión de sus unidades académicas a una basada en redes, de una universidad sin sistemas informáticos a una donde desde la inscripción hasta el registro de las notas se hacen por Internet, de una universidad sin investigación a uno donde se han creado nuevos institutos de investigación y se han creado fondos para su financiamiento en base a competencia académica. Ha sido una experiencia muy interesante para poder ver en marcha una compleja reingeniería académica y haber podido colaborar y aprender de esa enorme masa de académicos y autoridades trabajando con la construcción de una universidad para el siglo XXI y para ayudar al desarrollo de Honduras. En la foto, el 17 de abril trabajando con el Presidente de la Comisión de Transición, el Dr. Jorge Haddad, y la Vicerrectora Académica, la Dra. Rutilia Calderón.
La Transición tiene como centro el sortear las múltiples resistencias a los cambios promovidas por aquellos que han permitido los beneficios que tenían bajo la lógica anterior. El entramado político y sindical que en nuestras universidades detienen los cambios y han casi imposibilitado en muchos países permitir la realización de la Tercera Reforma Universitaria que sobre la base de la calidad, la evaluación, la incorporación de TIC, la expansión de los postgrados y la investigación ayude a nuestros países a enfrentar los desafíos de la sociedad global del conocimiento. En este caso, lo maravillo es ver los logros, que sí se puede.