sábado, 29 de mayo de 2010

En la UPSA (Santa Cruz, Bolivia), dictando un taller sobre curriculo por competencias

 
 

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El 21 de mayo estuve dictando un taller intensivo sobre "Competencias profesionales y diseño curricular por competencias" en la Fundación Universidad Privada de Santa Cruz invitado por la rectora Lauren Muller de Pacheco y la directora académica Vanya Roca. Fue no sólo una interesante oportunidad de compartir ideas y reflexionar conjuntamente con la comunidad académica de la UPSA, sobre los ejes actuales del enfoque por competencia, su significado y las formas en los cuales se puede ir construyendo procesos educativos más atentos a responder las demandas en un marco crecientemente competitivo, con abundancia de nuevos profesionales, complejidad de los mercados laborales y expansión del conocimiento. También fue una oportunidad para poder conocer más una institución muy especial en el panorama institucional de Bolivia. Es esta una universidad notoriamente de calidad, de elite académicas se podría claramente expresar, creada en 1984 a impulso de los empresarios de Santa Cruz y que ya visualizaban claramente el rol de esa región en la economía y el desarrollo hacia la calidad. Como reza un libro de la historia de la Universidad ella se creaba "para evitar la fuga de capital humano del país hacia otros centros de educación superior del exterior, que a resultas se expresa en la pérdida definitiva de ese capital" que era visto además "como una fuga constante de divisas que en las condiciones actuales el país no se podía dar el lujo de mantener". Nació con la cabeza internacional pretendiendo competir con las universidades extranjeras y su lógica se posicionó necesariamente en la calidad, la investigación y la internacionalización. No hay otra forma de competir y de proteger los capitales humanos. La institución, una de cuyas banderas fue "la libertad de ser alguien" se articuló sobre una lógica sin fines de lucro y sin ningún apoyo oficial, y se ha consolidado en la compleja dinámica de la educación superior de Bolivia. Allí, la constitución no permite contribuir al financiamiento de las universidades privadas, en una muestra clara equivocada que no internaliza el rol de lo privado en la construcción de la calidad. Recorrer sus instalaciones, ver el orgullo y la satisfacción de la rectora y de algunos investigadores que me mostraron las instalaciones de primer nivel, hace reconfortar la confianza en las enormes fuerzas que en este continente impulsan instituciones de calidad en el marco de la ausencia del estado y de la política pública. En los últimos años se ha comenzado a plantear una compleja reflexión de si la calidad puede alcanzarse en el ámbito de lo privado. La UPSA muestra esa opción. Pero sin duda que tendría más fuerzas si hubieran fondos concursables de proyectos, incentivos a la investigación, sistemas nacionales de investigadores y financiamiento en becas a estudiantes de alto nivel. La dicotomía público privado, hasta la tensión, es no ver los enormes beneficios que la articulación de los actores pudiera realizar. Es esta tal vez una de las grandes oportunidades aún desperdiciadas en la región, y que nos distancia de un mundo donde lo público y lo privado hace tiempo que trabajan juntos y que han permitido construir eficientes y efectivos desarrollos hacia la conformación de sociedades del conocimiento.