martes, 29 de junio de 2010

Presentación por Roberto Reyna (Ex Rector Universidad Autonoma de Santo Domingo / UASD)

Presentación por Roberto Reyna de la segunda edición del libro “Los postgrados de América Latina en la sociedad del conocimiento” de la autoría de Claudio Rama,
UNICARIBE, 23 de junio 2010.


Buenas Noches:
Agradezco a la Universidad del Caribe y a mi amigo Claudio Rama por la invitación que me hicieran a presentarles esta noche la segunda edición de su obra “Los postgrados de América Latina en la sociedad del conocimiento”.

Esta segunda edición es un nuevo aporte editorial resultante de la excelente labor que viene realizando la UNICARIBE, en el ejercicio de la vicepresidencia regional de la Unión de Universidades de América Latina, UDUAL, red que ha auspiciado ambas publicaciones mostrando el valor de las alianzas académicas para el impulso del pensamiento educativo propio de los latinoamericanos y caribeños.

Por la diversidad y profundidad del abordaje de los temas más variados del mundo del postgrado, este libro de Claudio se ha convertido en un referente obligado de académicos e investigadores, e incluso de los estudiantes de centenares de programas de formación de especialistas y maestrantes que en la región cursan programas de educación superior de cuarto y quinto nivel.

Más allá de la presentación de los procesos dinámicos que caracterizan el mundo del postgrado en la región, lo cual analiza Claudio Rama con eficiente análisis, considero que el aporte al estudio y desarrollo futuro del postgrado en América Latina y el Caribe, lo encontramos en el esfuerzo de sistematización de las complejidades sociales e históricas que le construyen como punto de llegada necesario, para las respuestas que en materia de saberes requiere la nueva sociedad del conocimiento. Temas que son abordados con capacidad de síntesis extraordinaria en los primeros dos capítulos de esta enjundiosa obra.

De Marx a Morín encontraremos un estudio, que mueve al debate, respecto a los procesos que han construido al mundo del postgrado como la respuesta organizacional del saber que corresponde a los nuevos estadios de desarrollo de la nueva economía internacional, de la nueva sociedad del conocimiento y que pauta la propia formación social latinoamericana y caribeña, más allá de sus disfuncionalidades histórico prácticas o de sus expresiones desiguales.

En su introducción titulada “El nuevo modelo de acumulación y las industrias del conocimiento” el autor registra el hecho de la transformación que viene dándose en la fase actual de la internacionalización de la economía, con el surgimiento de la nueva economía del conocimiento y como ésta ha impactado profundamente a la educación, la relación entre la ciencia y la sociedad y el importante rol de la información y del conocimiento en la generación de nuevas vías de incremento de la productividad y de nuevas formas industriales de reproducción capitalista.

Más que una introducción, el autor fundamenta en esta parte inicial de su libro, el análisis del contexto social y económico que impacta hoy a la educación de forma directa y de manera muy especial, reclama roles y nuevas características funcionales al mundo del Postgrado, como fuente de generación de las competencias que requiere la nueva economía global, tanto en la exigencia de nuevos campos disciplinarios, como también de nuevas modalidades de las instituciones educativas, mostrando como “históricamente la educación se ha transformado vinculada a los múltiples cambios socio tecnológicos”, y lo que es más importante aún, en la actualidad se nos presenta como fuente fundamental en la conformación de las nuevas estructuras sociales.

Ese proceso se presenta como responsable de la transformación de toda la educación y no solo la educación a distancia, hacia una nueva educación virtual global en red, ya que “la revolución de la digitalización, la microelectrónica barata y las telecomunicaciones”, promueven la conformación de un nuevo paradigma educativo, una nueva organización institucional, disciplinaria, geográfica, económica y pedagógica de las instituciones educativas, marcado por lo que el autor llama la “despresencialización” a través de nuevas modalidades de comunicación en mercados globales y competitivos.

Claudio Rama lo caracteriza de la siguiente manera: “El nuevo paradigma societario se expresa también en nuevas estructuras educativas y en nuevas modalidades pedagógicas, las cuales se están moviendo hacia una educación transnacional y virtual en el marco de la convergencia digital que sienta las bases de la educación sin fronteras bajo escenarios de educación permanente. La educación, una de las últimas fábricas nacionales, asociada a una tecnología pedagógica presencial de transferencia de saberes, y por ende con fuertes inserciones, estudiantes, currículos, infraestructuras y profesores nacionales, pudiera estar lentamente transformándose como derivación de los nuevos escenarios y de las nuevas tecnologías, en estructuras desnacionalizadas y fragmentadas a escala global, con profesores y estudiantes dispersos por el mundo con pertinencias globales, y con nuevas unidades de gestión y de organización institucional”.

En su profundo análisis del impacto de la nueva economía global sobre la educación, el autor identifica los factores que van conduciendo hacia la mercantilización de los saberes y la privatización de los procesos y las instituciones de educación, con el subsiguiente desmantelamiento del sector público.

En base a estos nuevos procesos identifica el surgimiento de lo que se ha llamado “las industrias del conocimiento” que integra la producción relacionada a las actividades en información básica, información cultural y elementos técnicos.

Claudio identifica los cambios generados en los procesos educativos con la globalización: tales como los nuevos niveles educativos, nuevas escalas educativas, nuevas ofertas, nuevas demandas, nuevas instituciones educativas diferenciadas, nuevos proveedores globales, nuevo escenario geográfico con la internacionalización de la educación, nuevos mecanismos de generación de saberes, nuevos mecanismos de transferencia de saberes, nuevas tecnologías educativas, y nuevos roles del Estado de evaluación, acreditación y homologación.

En resumen el autor afirma que debido a la índole actual del rol del saber y de las redes de información, tanto la economía de la educación como la de la información, se constituyen en bases de la nueva economía mundial y en ella el postgrado es parte importante de la caracterización de la educación.

En el siguiente capítulo el autor trata bajo el título de “Las revoluciones de los saberes disciplinarios” los límites actuales de las disciplinas, su futuro, en la producción de saberes, el postgrado como la expresión de la sociedad del saber y como nuevo ámbito específico de la educación.

En esta parte de su obra, el autor con la profundidad y la complejidad de enfoques, a los que nos tiene acostumbrado, desarrolla el análisis histórico de los modelos de universidades y su impacto sobre la organización disciplinaria del saber, destacando la importancia del postgrado como recurso fundamental, para responder a un presente global que demanda cada vez mayores especialistas, superando las tensiones propias de las contradicciones inherentes al nuevo modelo de organización social y de la nueva economía del conocimiento, que permanentemente crea necesidades de nuevas especialidades y disciplinas al tiempo que el análisis de la complejidad demanda un enfoque integrador transdiciplinar y multidisciplinario que prevé seguirá impactando las formas organizacionales de la Universidad como institución social.

La vieja contradicción entre la función investigadora y la función docente en los modelos universitarios es presentada como un desafío mayor dado que “la expansión de nuevos saberes como derivación de una sociedad que se expande a través del uso mercantil de los saberes, ha golpeado a la universidad profesional por su incapacidad de promover la investigación y la innovación”.

Retornando a Marx el autor establece que “Es el propio desarrollo de la ciencia, de las técnicas, de las fuerzas productivas lo que está desestructurando las modalidades de expresión a nivel disciplinario y epistemológico y al tiempo generando un nuevo y complejo escenario donde el conocimiento básico disciplinario, el especializado, el interdisciplinario y el transdisciplinario conviven tumultuosamente como mecanismos de generación, transmisión y apropiación de saberes. En cierta manera el autor caracteriza el presente como un momento de objetivación de la ciencia y del postgrado como necesidad, de la misma forma que Marx objetiva a la mercancía y las propias formas de reproducción capitalista, desde los orígenes mismos de la producción y a partir de las exigencias de un nuevo estadio social que le asigna al saber el rol fundamental del actual esquema de reproducción.

Este enfoque conduce al autor a diferenciar el pregrado y el postgrado como momentos correspondientes a épocas diferentes del desarrollo económico y en el que el postgrado aparece como una respuesta eficaz a la demanda de la nueva sociedad del conocimiento “que promueve la creación de una nueva configuración universitaria basada en el postgrado y en las derivaciones de ellos como centros de gestión de patentes, de derechos de autor, seguimiento a estudiantes, asociación con empresas, etc.”.

Queda pendiente el análisis de cómo la nueva fuente de la riqueza social, el conocimiento, vive hoy los conflictos propios del proceso de apropiación que implica su privatización, como condición sino previa a su instauración histórica por lo menos como condicionante ideopolítico que se legítima a través del derecho de patentes, derecho de autor, etc. Reproduciendo la vieja contradicción entre formas de apropiación privadas y el carácter cada vez más social del proceso de generación del conocimiento.

Considero que si en los orígenes del capitalismo fue necesario que se estableciera el control y registro de la propiedad privada de la tierra, para asegurar la reproducción del nuevo esquema social y productivo, la tesis de Claudio nos lleva a considerar como un retorno a aquellos conflictos originales la existencia de fuertes presiones hacia el control de los espacios donde se generan los conocimientos, el desarrollo de nuevas legislaciones y se intenta plantear como amenazas la presencia del espacio cibernético, como espacio “real” que reconstruye nuevas redes societales que se expanden fuera de controles hegemónicos aparentes y que crean un nuevo tejido social que definitivamente hará más complejos los procesos de rearticulación de los Estados y hasta la propia gobernanza.

Para el autor, hoy existe un reordenamiento disciplinar de la ciencia que se corresponde con un proceso racionalizante de fenómenos que acontecen en la propia división del trabajo de la sociedad que articula la nueva economía del conocimiento. Por lo tanto los límites de la organización disciplinar del conocimiento son objetivamente trazados por la nueva realidad más que por la reflexión epistemológica de la propia ciencia. Punto sobre el que se deberá seguir debatiendo en el futuro y de cuya comprensión adecuada podría depender también el futuro de las universidades y el desarrollo misional del postgrado.

Así el autor asume que, “mercado y saberes son dos caras de una misma moneda dada por la división social y técnica del trabajo, uniendo indisolublemente, la educación con el trabajo”, de manera tal que “los nuevos puestos de trabajo derivados de la sociedad del conocimiento se asocian así a los campos disciplinarios especializados del postgrado”.

Pasa revista a las distintas concepciones que analizan las disciplinas hasta llegar a Morín y las contradicciones que la teoría de la complejidad le asigna al hecho de que el desarrollo del conocimiento disciplinar que requiere la especialidad de la nueva economía coloca a la disciplina en un desconocimiento de la integralidad de la realidad que ella contiene, obligando al enfoque complejo y sistémico que le asigna a los postgrados la importante tarea de hacer confluir lo particular y lo global en el conocimiento de la realidad en la sociedad del conocimiento, produciendo nuevos escenarios disciplinarios en los que el determinismo da paso a la comprensión de la realidad como incertidumbre y se mantiene la búsqueda de las fuentes del saber respecto a las nuevas fronteras disciplinares o sobre las claves para identificar los nuevos contenidos de los nuevos escenarios disciplinares.

El conjunto de las interrogantes que nos formula el autor respecto al futuro de las disciplinas es un aporte a la continuación del debate y a la construcción del saber en el tiempo de la sociedad del conocimiento. El escenario de ese debate lo constituye el mundo de los postgrados, al cual el autor le asigna el rol de centro de la discusión sobre el desarrollo de los saberes especializados y transdisciplinario, concebidos como ámbitos donde se articulan las especializaciones y los propios avances del saber.

En este sentido, el autor trabaja en la obra, el proceso histórico que condujo durante el siglo XX a la conformación del Postgrado como un campo específico, de vida propia, en su “diversidad de modalidades pedagógicas e institucionales en la educación”, asociando los desafíos que plantea la puesta en marcha de políticas orientadas por el concepto de educación a lo largo de la vida respecto las demandas de una población generacionalmente cada vez más diversa y de geografía planetaria, incluyendo la expresión de sus desarrollos desiguales.

En la segunda parte del libro, Claudio Rama se dedica a analizar las características fundamentales de los postgrados y de los procesos vinculantes en América Latina y el Caribe, precedido del estudio del proceso evolutivo de las universidades en la región. El estudio de su fase inicial de educación elitista, la diversificación y diferenciación universitarias, que trajo consigo la autonomía y las nuevas modalidades de gestión público-privadas, el desarrollo de la especialización y su fuerte componente misional en la cooperación, que a su vez contribuyen a fortalecer la acreditación, el aseguramiento de la calidad y una mayor articulación y movilidad de los actores y procesos educativos.

Previo al análisis de las características y procesos específicos que hoy definen el postgrado en América Latina, el autor no presenta en su libro un amplio análisis de la evolución de la educación superior en América Latina y el Caribe en el pasado Siglo XX, identificando tres grandes olas reformadoras, la Primera Reforma donde se destacan la incorporación de la autonomía y el cogobierno, la Segunda Reforma marcada por la mercantilización y diferenciación institucional y la Tercera Reforma, caracterizada por la masificación, regulación e internacionalización de las instituciones de educación superior.

Sobre esta última reforma, analiza con amplitud importantes procesos que caracterizaron la educación superior, principalmente en el pregrado, tales como, la democratización del acceso a la educación superior, nuevos estudiantes en circuitos diferenciados de calidad, el peso determinante de la matrícula femenina, la regionalización o desconcentración geográfica, principalmente a través de filiales universitarias, los estudiantes trabajadores como clientes de una nueva educación superior privada, los estudiantes de corto plazo por la expansión de los institutos no universitarios, las altas tasas de deserción y fracaso académico y su impacto en los presupuestos públicos, los estudiantes profesionales por la expansión de los postgrados y el aumento en el peso de los estudiantes fuera del país y los nuevos ámbitos de regulación de la educación superior.

Quiero destacar que el autor, en su balance crítico de estos procesos no queda atrapado en el efecto estadístico de una cobertura que si bien se multiplica en su alcance, de forma impresionante en los últimos 40 años, sigue siendo una expresión de las grandes desigualdades sociales que caracterizan a la región más desigual de la Tierra, América Latina y el Caribe.

Cito “Pero más allá de las banderas de la democratización y del discurso del acceso irrestricto, la educación superior en América Latina durante la mayor parte del siglo XX apenas pasó de un acceso de elites a una cobertura de minorías y estuvo conformada por los sectores de mayores ingresos económicos de sus respectivas sociedades, por sus diversas elites urbanas, y fueron básicamente jóvenes, hombres, blancos y solteros, dedicados casi exclusivamente a la tarea de estudiar”.

En su obra, Claudio Rama, también nos presenta un análisis del dinámico proceso de internacionalización de la educación superior y del surgimiento de los programas virtuales en América Latina y el Caribe como un ejemplo de la confirmación de su tesis inicial de la construcción de una nueva geografía de los saberes en la que el escenario global y los ámbitos nacionales se articulan como unidad en la demanda de los postgrados y en el propio proceso de ofertas de los programas de estudio.

El surgimiento de los postgrados como acontecimiento externo a nuestra región, su desarrollo reciente, su mercantilización y el impacto de la demanda de un aparato productivo orientado al consumo de bienes de capital, los servicios y a la exportación agroindustrial son fenómenos analizados por el autor al caracterizar el postgrado en nuestros países.

El autor nos presenta las etapas de los postgrados en la región, enfocadas desde las propias características que definen a la educación superior en cada período. Estas fases son: la etapa de carencia de cursos de postgrados, etapa de génesis de los postgrados públicos, etapa de gestación de la oferta de postgrados privados, fase de expansión desordenada de los postgrados privados, Inicio de la fase de evaluación y acreditación, etapa de alta competencia interuniversitaria e Inicio de la oferta de postgrados internacionales.

Un aporte importante de Claudio para el estudio comparado de la educación superior de nuestra región lo constituye el análisis de casos nacionales de América Latina y el Caribe en el que nos presenta las características fundamentales de la educación superior por países.

Finalmente destacamos sus aportes en el análisis del impacto de los postgrados en la “universitarización” de la formación docente, el desarrollo de la investigación y los impactos diferenciados que se observan en su desarrollo en las Macrouniversidades y en las universidades que él llama de inspiración religiosa.

En la parte final de esta importante obra el autor analiza el financiamiento de la educación superior y la evaluación de los postgrados en la sociedad del saber y en un epílogo que alcanza la importancia de sus dos primeros capítulos, trata sobre los postgrados y la integración de la educación superior en América Latina y el Caribe.

Invito pues a mis colegas y amigos a recibir esta nueva edición del libro Los postgrados de América Latina en la sociedad del conocimiento, como una contribución a la construcción de nuestros sistemas nacionales de educación, como herramienta importante de la búsqueda de respuestas a los grandes desafíos que la sociedad del conocimiento y la internacionalización del postgrado le están planteando a nuestras instituciones de América Latina y el Caribe, en el contexto actual del desarrollo de la nueva economía del conocimiento y de las tecnologías de la información y la comunicación.