domingo, 27 de septiembre de 2009

La acreditación de la calidad en discusion en Brasil en SEMESP y UNISAL

(con Hermes Ferreira (presidente Semesp), Fabio Reis (UNISAL), José Amira (Universidad Jose Hernandez - España)
Esta semana participé en Brasil en dos actividades referidas a los temas de la calidad de la educacion superior y que fueron momentos interesantes para reflexionar sobre los nuevos paradigmas de la formación profesional que se están conformando en la región e intercambiar con diversos equipos académicos y políticos de Brasil. Por una parte presente en San Pablo en el 11 Forum de Educación Superior que anualmente realiza Semesp (la asociación de Universidades particulares de San Pablo) un documento de un trabajo solicitado por ellos y que durante estos meses me hizo concentrar en los temas de evaluacion y acreditacion, tanto en sus ejes políticos como en sus mecanismos técnicos específicos de aseguramiento. El documento contiene una propuesta, que nos fuera solicitada por SEMESP conjuntamente con Fabio Reis, de creación de una agencia de evaluación y acreditación en San Pablo, su estructura, su marco organizativo, su funcionamiento, los ejes de sus criterios de calidad y el instrumento mismo de la guía de evaluación con sus respectivos factores, variables e indicadores. Por otro parte, invitado por el amigo Fabio que dirige la especializacion en Gestion Universitaria de UNISAL dicte un cursillo sobre el tema de la acreditación a escala de América Latina, en la sede de esta Universidad en la ciudad de Campinas.
Brasil esta instrumentando un modelo de evaluación y acreditación a partir de la aprobación de la Ley de SINAES en el 2004 de una enorme complejidad y con una falla enorme: se pretende realizar una evaluación y acreditación en el marco del sistema universitario más grande de America Latina a partir de una agencia única con criterios e indicadores únicos, y con una vision centralista estatal desde Brasilia para todo el país. Aún mas complejo y polémico, el modelo de evaluación y acreditación se basa en cuadros profesionales y académicos, criterios y enfoques, y modelos universitarios exclusivamente del sector público cuando la realidad es un sistema altamente diferenciado de universidades federales, municipales, estaduales, privadas con fines de lucro y comunitarias, y donde además el sector particular representa el 75% de la matrícula nacional. Ello más allá de las fuertes diferenciaciones entre un sector público focalizado en la investigación y un sector privado focalizado en la formación profesional y crecientemente sobre la base de un enfoque por competencias.
Esta orientación es una derivacion de una nueva tendencia que esta procesándose en algunas partes de la region, que concibe la utilizacion del instrumento de la evaluación y la acreditación como un instrumento, no de política pública de regulación técnica de mejoramiento de la calidad, sino de una politica conducente a reducir el sector privado a partir de restringir su capacidad de innovacion y su propia diferenciación, e imponerle modelos y formas de actuación caracteristicas del sector público como única forma de existencia, y que por detrás esconde objetivos anti sector privado. Nadie en su sano juicio puede concebir que la investigación se desarrolle signficativamente en las Universidades privadas a partir de un financiamiento basado en las matrículas.
En los 90 se desarrolló un paradigma evaluativo por el cual el Estado estableció estándares mínimos de calidad de cumplimiento obligatorio, que no siempre fueron de cumplimiento para las universidades públicas, y al tiempo sistemas de aseguramiento de calidad voluntarios para mejorar la calidad para el sector público y privado.
El modelo de estándares mínimos se ha instrumentado en casi toda la región. Sin embargo, en varios países como Uruguay, Bolivia, Panamá, Nicaragua, México y El Salvador, el sector público autónomo no se rige por criterios homogéneos nacionales sino por sus propios criterios como ámbitos autónomos.
Tal modelo se ha ido modificándo con los años y ha comenzado a recorrer nuevas fases que comienzan a plantear cambios significativos y que muestran el inicio de nuevas concepciones y formas de organización del aseguramiento de la calidad.
Algunos países comenzaron a establecer obligatoriedad de esos procesos de evaluación y acreditación: para las llamadas carreras de riesgo social en Argentina, Paraguay y Perú, en forma compulsiva por ley en Ecuador y Panamá, como parte de las obligaciones del gobierno en la República Dominicana, indirectamente a través de mecanismos de incentivo financieros como en Chile y en parte en México. Brasil ha establecido la obligatoriedad de la evaluación y acreditación y dentro de un modelo único y estatista para un país con más de 20000 programas y más de 1000 universidades, y sobre esos procesos de evaluación además es que se determina el posible cierre o diversos niveles de sanciones a las instituciones o programas que no cumplan esos múltiples, cambiantes y amplios criterios. La cantidad de "porterias" que aprueba el MEC en esta materia muestra más de una por día en una clara expresión del nuevo regulacionismo que caracteriza crecientemente a la región en materia de educación superior.
La region esta pasando de la primera fase de control de la calidad que referíamos a traves de agencias de evaluación a una segunda fase caracterizada por sistemas más complejos y amplios de aseguramiento de la calidad de la educación superior. Cubren más áreas, contienen mayor exigencia de obligatoriedad, están mas cerca de las políticas públicas, estan más asociados a sistemas de castigo y son parte de una política pendular fuertemente crítica del sector privado. Mismo de su existencia en varios países como Bolivia y Venezuela. Es parte de un proceso de desarrollo de nuevos mecanismos y modalidades de aseguramiento de la calidad y al tiempo de nuevos enfoques sobre la prestación del servicio de educación superior y el rol de la universidad pública.
Segun nuestro enfoque es parte de un amplio proceso evolutivo de los sistemas de aseguramiento de la calidad en la región que ha ido pasando y continúa evolucionando por las siguientes fases: el aseguramiento al interior de las universidades, el aseguramiento al exterior de las universidades pero al interior del sistema educativo a traves de procesos desde las agencias de evaluación y acreditación voluntarias y reducidas, el aseguramiento a través de procesos externos a las universidades con una amplia y diversa cantidad de instrumetos, el aseguramiento al exterior del sistema educativo a traves de los procesos de licenciamiento y recertificación de competencias profesionales con creciente peso de los gobiernos y los colegios profesionales y finalmente el aseguramiento al exterior de los países a través de la acreditación internacional.

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